Cuando trasladamos la huerta desde Román Díaz 657, en marzo al empezar el confinamiento, soñábamos con este momento. No fuimos capaces de dejar nuestras plantitas morir de sed si nadie podía ir a regarlas, y claro que valió la pena venirse con todas las bolsas a cuestas y tierra desde la cama de cultivo.
De las originales, lamentablemente no sobrevivieron al invierno el tomate cherry, albahaca y una frutilla, pero revivieron espectaculares el ciboullete, perejil, acelgas y las otras frutillas. El rey de todos es el pimentón que de venir muy mustio pasó a regalarnos 7 pimentones. Adicionalmente acá hemos agregado zanahorias, betarragas, ajo, papas, cebollas blancas y moradas.
Tener una huerta en casa consume un poco de tiempo, pero todo lo que se obtiene compensa con creces el esfuerzo, más allá de los alimentos, hay una serie de procesos que vale la pena vivir.
¿Qué hemos aprendido con nuestra aventura vegetal?
🌶️🍅 Todos los pimentones verdes se tornan rojos, sólo hay que tener paciencia.
🌿 Igual que a los problemas, hay que sacar las malezas apenas se asoman. Mientras más tiempo pase, más difícil de resolver.
🍓 Con agüita y sol, incluso en invierno tenemos frutillas.
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¿Se animan a tener una huerta en casa?.
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